El Premio Nobel en Fisiología o Medicina 2021 fue otorgado a David Julius y Ardem Patapoutian por sus descubrimientos que explican las bases de la capacidad de sentir el calor, el frio y las fuerzas mecánicas (tacto), que subyace en canales iónicos sensibles a estos estímulos. Este descubrimiento es fundamental para comprender nuestra capacidad de sentir, interpretar e interactuar con nuestro entorno interno y externo.
En el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso hay una línea de investigación dedicada al estudio de estos canales, que se activan o inactivan con cambios de voltaje, sustancias químicas u otros estímulos físicos como cambios de temperatura.
Ramón Latorre junto al Dr. Patapoutian publicaron en 2014 un artículo que explica como cambios en la estructura de la secuencia de la proteína sensora de temperatura (TRPA1) son suficientes para generar una amplia diversidad de sensibilidades térmicas.
La Dra. Karen Castillo, también investigadora del CINV, estudia los canales sensibles a temperatura TRPM8 y TRPV1 que también están involucrados en estados inflamatorios y de dolor neuropático, siendo producidos en exceso en varios tipos de cáncer.