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Estudio revela qué zonas del cerebro causan descoordinación y pérdida del equilibrio tras el consumo de alcohol

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El alcoholismo causa tres millones de muertes a nivel mundial, el consumo de alcohol es una práctica recurrente hace miles de años, sin embargo, no se sabe qué mecanismo específico cerebral afecta. Recientemente un estudio realizado en el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo en Estados Unidos, develó que las bebidas alcohólicas son metabolizadas por el hígado y además el cerebro.

Publicado en El Mostrador el 21 octubre de 2021
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La primera bebida alcohólica documentada en nuestra civilización es el hidromiel, bebida que se basa en la fermentación de la miel, y que se ha considerado la predecesora de la cerveza. Los primeros reportes de esta bebida se encuentran en China, y se estima que provienen del año 7000 a.C.

Múltiples civilizaciones además de China han considerado al hidromiel su bebida por excelencia, desde el Antiguo Egipto, hasta culturas precolombinas en Sudamérica, la India, Mesopotamia, además de llegar a ser una bebida muy apreciada por griegos, romanos, celtas y demás culturas cercanas al mediterráneo. Los vikingos fueron de las pocas culturas del norte de Europa que conservaron la tradición del hidromiel. Es por esto que, hoy en día, numerosas marcas de fabricación de hidromiel siguen apostando por una imagen publicitaria relacionada con vikingos bebiendo hidromiel en cuernos. Esta bebida ha sido descrita numerosas veces como “la bebida de los Dioses”, ya que se le otorgan cualidades divinas, energizantes y afrodisíacas.

Sin embargo, hoy en día las cosas han cambiado, y el alcohol ha pasado de ser algo muy ocasional y de acceso restringido, a convertirse en la droga legal más consumida a nivel mundial, debido en gran parte a la gran disponibilidad que existe, pues, al menos en Chile, es más fácil encontrar una botillería que una farmacia. Es por esto que el alcoholismo, también llamado trastorno por consumo de alcohol, causa a nivel global más de tres millones de muertes anuales.

Consumo de alcohol: mareos y pérdida del equilibrio

En Chile, se estima que una de cada diez personas presenta consumo de riesgo de alcohol, siendo los adolescentes y adultos jóvenes los que más beben en comparación con el resto de la población. A pesar del gran consumo de alcohol que existe y ha existido desde hace miles de años, poco se sabe del mecanismo específico cerebral a través del cual el alcohol nos afecta.

Uno de los motivos por los que no se conoce en profundidad dicho mecanismo, es porque el alcohol no tiene receptores específicos en el cerebro, como sí los tienen otras drogas (marihuana, tabaco, opioides, entre otras), cuyo mecanismo es más conocido. Debido a la importancia del alcohol en la sociedad, se ha incidido mucho en el estudio del mismo, y se ha descubierto que son numerosos los mecanismos de acción del alcohol en el cerebro, los cuales afectan circuitos neuronales y así modifican nuestro comportamiento. Sin embargo, aún nos falta mucho camino por recorrer hasta poder identificar todos estos mecanismos específicos.

La mayoría de los que hemos tomado en alguna ocasión una copa de más sabemos lo que se siente al levantarse de la silla. Esa sensación de mareo, vértigo o pérdida del equilibrio que nos hace conscientes de que hemos bebido demasiado alcohol. ¿Por qué nos ocurrirá esto?

Recientemente se realizó un estudio en Estados Unidos dirigido por Li Zhang, del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, donde se descubrió un nuevo mecanismo a través del cual el alcohol afecta de forma negativa a nuestro equilibrio y control de movimientos.

Es bien sabido que el alcohol se metaboliza en el hígado, y es precisamente por esto que un consumo excesivo de alcohol puede causar daño hepático. En este órgano, actúan unas moléculas llamadas enzimas, las cuales se encargan de provocar cambios químicos en otras moléculas. Así, el alcohol puede transformarse en acetaldehído gracias a la acción de la enzima alcohol deshidrogenasa; y el acetaldehído pasa a acetato gracias a la enzima aldehído deshidrogenasa 2 (ALDH2).

Por último, el acetato es degradado hasta generar CO2 y H2O. El mal funcionamiento de estas enzimas puede causar problemas en la metabolización del alcohol. A pesar de que el hígado trabaja intensamente para procesar el alcohol, los derivados del procesamiento de esta sustancia causan daño en este órgano al tratarse de metabolitos tóxicos. ¿Te ha pasado que al tomar alcohol se te pone la nariz y la cara colorada? Una mutación muy recurrente en la enzima ALDH2 que ocurre sobre todo en Asia hace que las personas se ruboricen más al beber alcohol y sufran más sus efectos. Si te ha sucedido, tal vez tengas esta mutación, pero no te alarmes, solo debes tener un poco más de control con el alcohol para no sufrir los daños asociados a su consumo.

Los efectos tóxicos del alcohol normalmente se han asociado con la acción de uno de sus metabolitos ya mencionados, el acetaldehído. Pero el acetato parece tener también un papel fundamental en varios de los efectos del alcohol.

Efectos del alcohol en el cerebro

En el estudio de Zhang se demostró el rol del acetato en el cerebelo, región del encéfalo que se encarga principalmente del control del equilibrio y funciones motoras, además de participar en otras funciones como la cognición, el lenguaje, las emociones y los comportamientos sociales. Así, por medio de estudios de inmunofluorescencia consistentes en anticuerpos que se unen a moléculas específicamente (en este caso ALDH2), permitiendo su visualización y localización en un microscopio al emitir fluorescencia, los investigadores demostraron que el alcohol no solo se metaboliza en el hígado, al descubrir la presencia de la enzima ALDH2 en astrocitos del cerebelo de roedores y humanos. Los astrocitos son un tipo de célula nerviosa que tiene un papel fundamental en el mantenimiento del ambiente cerebral, además de modificar directamente la transmisión nerviosa.

Posteriormente, para descubrir la función de ALDH2 en los astrocitos de esta región, se analizaron los distintos metabolitos en el cerebro utilizando una técnica dedicada a la separación, identificación y cuantificación de sustancias. Así, se descubrió que la ALDH2 presente en los astrocitos aumenta los niveles de acetato en el cerebelo.

Adicionalmente, se pudo demostrar que ese acetato es después metabolizado en el mismo lugar para generar GABA, que es el principal neurotransmisor inhibitorio. La inhibición y su opuesto, la excitación, funcionan en equilibrio en nuestro cerebro; “apagando” o “prendiendo” distintas partes, lo que se traduce en una determinada acción, sensación, pensamiento… El principal encargado de excitar (“prender”) células nerviosas es el glutamato; y el principal encargado de inhibirlas (“apagarlas”) es el GABA. Debe por tanto haber un equilibrio entre estos dos neurotransmisores.

Como se mencionó, en el estudio se demuestra que el alcohol viaja al cerebro, donde se transforma en acetato gracias a la ALDH2, y posteriormente aumenta los niveles de GABA (inhibición), específicamente en la zona del cerebelo. Puesto que el cerebelo es la región encargada del control del equilibrio, al inhibirlo es posible esperar que se provoque la descoordinación y mareos que muchos hemos sentido al tomar alcohol.

Fue precisamente esto lo que se comprobó en el estudio en el cual se utilizaron dos tipos de ratones, unos que tenían la ALDH2 en sus astrocitos (normales) y otros que no la tenían. Al administrarles alcohol a los ratones, los normales sufrían los mencionados “mareos” asociados al alcohol, y por tanto aguantaban menor tiempo en la rueda que se utilizó para la prueba de habilidades y equilibrio; pero los otros ratones que no poseían la ALDH2 en sus astrocitos, no sufrían esta descoordinación, al no estar produciéndose en su cerebelo el acetato y el GABA asociados al metabolismo del alcohol.

En resumen, los investigadores demostraron que el alcohol no es solo metabolizado en el hígado, sino también en el cerebro; y este metabolismo local en ciertas áreas como el cerebelo, causa la producción de acetato, el cual aumenta la inhibición y por tanto disminuye la coordinación motora. El siguiente paso es demostrar si esto ocurre de igual forma en nuestros cerebros, ya que este estudio demuestra la presencia de ALDH2 en el cerebelo humano, pero no se ha estudiado aún si tiene la misma función que en ratones. De ser así, podrían surgir nuevas dianas para el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol. Estudios como este nos hacen dar cuenta de qué tan perjudicial puede llegar a ser el abuso del alcohol, pues no solo puede causarnos daños hepáticos, sino que afecta en gran medida a nuestro cerebro. La próxima vez que te sientas mareado por consumir alcohol, recuerda que tal vez tu cerebelo esté siendo inhibido, y seguramente ya habrás tomado alguna copa de más.

Puedes encontrar más información acerca de los mecanismos específicos del alcohol en el cerebro en la siguiente revisión: https://www.cell.com/neuron/fulltext/S0896-6273(17)31025-5?_returnURL=https%3A%2F%2Flinkinghub.elsevier.com%2Fretrieve%2Fpii%2FS0896627317310255%3Fshowall%3Dtrue
Información extra acerca de otros daños asociados con el consumo del alcohol (cáncer): https://www.thelancet.com/journals/lanonc/article/PIIS1470-2045(21)00279-5/fulltext
Fuente: https://www.nature.com/articles/s42255-021-00357-z
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