Durante la existencia de la vida humana han existido enfermedades que han dificultado la supervivencia de nuestra especie, pero gracias a avances en medicina y ciencias, se han podido estudiar los mecanismos de acción de dichas enfermedades y realizar curas para poder conseguir una vida plena y más longeva. Este ha sido el caso de varias enfermedades virales y bacterianas como la poliomielitis, el tétano y la tuberculosis. La generación de vacunas y de tratamientos ha permitido poder alargar la vida de las personas. Pero el caso de las enfermedades psiquiátricas ha sido distinto. Antes de empezar nos hacemos la pregunta: “¿Qué es en realidad una enfermedad psiquiátrica?”.
Publicado en El Mostrador el 17 marzo, 2022
Escrito por Tania Dib
Las enfermedades psiquiátricas se pueden definir como enfermedades que se manifiestan como alteraciones en los procesamientos del razonamiento, el comportamiento, la facultad de conocer la realidad, el control emocional y relaciones con los demás, en las personas que las padecen. Generalmente, no tienen solo una causa, sino más bien, se generan debido a varios factores como, por ejemplo, genéticos y ambientales.
Algunos ejemplos de enfermedades psiquiátricas son la esquizofrenia, caracterizada por alteraciones en la personalidad, alucinaciones y pérdida de contacto con la realidad; la depresión mayor, caracterizada por depresión persistente y pérdida de interés en actividades placenteras y trastornos de la alimentación y el sueño; los trastornos de personalidad, que constan en poseer un patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento marcado y poco saludable; y el trastorno obsesivo compulsivo, que presenta pensamientos irracionales y temores u obsesiones, que provocan comportamientos compulsivos para disminuir la ansiedad de estas obsesiones a corto plazo.
Estas enfermedades en la Antigüedad, por el tiempo del Renacimiento, eran mal vistas. De hecho, eran consideradas como posesiones demoníacas. Esta percepción cambió gracias a un médico holandés llamado Johann Weyer, el cual propuso el concepto de “enfermo mental”.
Esto se remonta a la creencia de posesiones demoníacas y la quema de brujas, en donde ellas eran consideradas enfermas. Durante esta época se empezaron a distinguir dos “enfermedades psiquiátricas”: el loco y el lunático. El primero era considerado como alguien que no era peligroso ni para él ni para la sociedad, mientras que el segundo era considerado un real peligro. A éstos últimos se los encerraba en calabozos o prisiones sin tener la posibilidad de optar a un tratamiento. Básicamente, eran escondidos de la sociedad.
Los manicomios
Con la llegada de la Revolución Industrial la situación para los enfermos mentales cambió. Ahora no se encerraban en prisiones o calabozos, sino que se generó la producción masiva de manicomios. Los pacientes de esa época podían entonces acceder a un “tratamiento” y un lugar al cual ir.
Los tratamientos de esa época no eran tan sofisticados como hoy. En este sentido se utilizaban técnicas como la trepanación, que consistía en perforar el cráneo para poder así “liberar” la enfermedad psiquiátrica del individuo. Esto cambió con la llegada de una nueva rama de la medicina en el siglo XIX, la psiquiatría.
Originalmente, a los pacientes psiquiátricos se los llamaba “alienistas”, ya que según los médicos de la época, eran personas que se encontraban separadas o alienadas de su mente. En este tiempo se generaron más tratamientos para poder sanar a dichas personas. Los métodos de esta época tampoco eran como los que se conocen hoy en día. Durante este siglo se generaron terapias como la terapia de electroshock y la lobotomía.
Las terapias en la actualidad
Hoy en día las terapias para tratar estas enfermedades han cambiado bastante. A pesar de que aún se usa la terapia de electroshock, ésta ha cambiado de nombre y se ha vuelto más profesional, recibiendo actualmente el nombre de terapia electroconvulsiva.
Además de este tratamiento, se han generado terapias psicológicas como las cognitivo-conductuales para tratar estos trastornos. En algunos casos se incluye el tratamiento farmacológico en conjunto con una terapia psicológica. Pero no a todas las personas les funcionan dichos tratamientos, por lo que se ha tenido que avanzar en los estudios científicos, específicamente de neurociencia, para poder ayudar a dichos pacientes.
Es más, existe un gran número de personas que no reaccionan al tratamiento farmacológico existente. De hecho, el 33% de los pacientes diagnosticados con depresión mayor son resistentes a los tratamientos convencionales. Por esta razón se han desarrollado nuevas terapias para estos pacientes resistentes al tratamiento farmacológico como la estimulación magnética transcraneal y la estimulación del nervio vago.
La depresión
A partir de ahora nos enfocaremos principalmente en la depresión mayor y en tratamientos alternativos para pacientes resistentes a fármacos. Esta enfermedad psiquiátrica es uno de los trastornos mentales más frecuentes y una de las principales causas de discapacidad a nivel global.
De hecho, según la OMS, afecta a más de 264 millones de personas en todo el globo y principalmente las mujeres son más sensibles a padecer esta enfermedad que los hombres. Si no se trata adecuadamente puede terminar en suicidio. Esto lo hace una enfermedad grave que requiere de un buen tratamiento para así poder proporcionarles una vida más plena a las personas que la padezcan.
Uno de los tratamientos alternativos más utilizados es la estimulación magnética transcraneal. Es una técnica no invasiva que utiliza campos magnéticos para estimular áreas cerebrales con el fin de mejorar algunas enfermedades psiquiátricas.
Estimulación magnética transcraneal
En un estudio liderado por Shun Qi detectaron resultados prometedores utilizando la técnica de estimulación magnética transcraneal en pacientes con depresión mayor con ideación suicida. El estudio consistió en analizar a 15 pacientes con depresión mayor en comparación a 15 personas control.
Luego de finalizar 30 días de estimulación en un área específica del cerebro (corteza prefrontal dorsolateral izquierda) para poder inhibir a otra área cerebral (corteza singular anterior), se obtuvo que siete de los pacientes presentaron la remisión de la ideación suicida y doce pacientes presentaron la remisión de los síntomas relacionados a la depresión mayor. Esta terapia permitió que la comunicación anormal entre ambas áreas cerebrales se restaurara, lo cual indica que existen terapias alternativas para los pacientes resistentes al tratamiento farmacológico, las cuales permiten mejoras significativas en dichas personas.
Otro estudio dirigido por el grupo de Jai Sung Noh exploró como la técnica de estimulación magnética transcraneal acelerada y repetida podría ayudar a disminuir los síntomas de la depresión mayor en pacientes que padecían de dicha enfermedad.
Al igual que en el estudio anterior, estimularon la misma área cerebral, llamada corteza prefrontal dorsolateral izquierda. La diferencia de esta técnica con la del estudio dirigido por Shun Qi, es que ésta permite realizar el tratamiento en menos tiempo que las estimulaciones magnéticas transcraneales convencionales. Normalmente, los tratamientos duran muchos días consecutivos y requieren varias horas por días. En cambio, este tratamiento acelerado permitiría reducir los costos y el tiempo de intervención en los pacientes, dando resultados positivos antes de lo previsto. En este sentido, descubrieron que los pacientes que padecían de esta enfermedad presentaban mejoras significativas después de tres semanas de tratamiento, al utilizar la estimulación magnética transcraneal acelerada en comparación a la convencional.
Incapacidad de sentir placer
Un síntoma característico de la depresión mayor es la anhedonia. La anhedonia puede ser definida como la incapacidad de sentir placer y de disfrutar de actividades que antes a uno le solían gustar o entretener. Un estudio realizado por Andrew Fukuda y su equipo investigaron el efecto de la terapia magnética transcraneal convencional en pacientes con depresión mayor sobre la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, con el fin de reducir el síntoma de anhedonia, notorio en esta enfermedad. En su trabajo descubrieron que de 83 pacientes que presentaban anhedonia severa, 59 lograron conseguir la remisión de este síntoma, luego del tratamiento completo de la estimulación.
Por ende, todos estos estudios nos indican que sí hay esperanza para las personas que padecen depresión mayor y que aún no han encontrado un tratamiento óptimo. Lo que hay que tener en cuenta, es que estas terapias son bastante costosas, al igual que los tratamientos clásicos que apuntan a la mejora en las enfermedades psiquiátricas.
Como proyección podemos decir que, a medida que avancen los estudios en ciencias, para así mejorar la tecnología, podría ayudar a que estos costos se redujeran. Así, todas las personas podrían acceder a un tratamiento que les permita poder conseguir una vida plena y que valga la pena vivir. La salud mental es algo que realmente existe y hay que ayudar a que ésta mejore en nuestra población. Por esta razón, existen muchas personas que estudian cómo funciona el cerebro y las enfermedades, para así generar posibles curas para las personas que se encuentran sufriendo y viviendo una de estas enfermedades.