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¿Qué hora es en Chile?: El huso horario que le corresponde a nuestro país

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Por John Ewer, CINV en El Mostrador el 31 de Mayo de 2018

La recomendación es clara: debemos elegir el huso horario con el cual el sol se levanta a una hora cercana a la hora en que debemos despertar en un día de trabajo, y este sería UTC -5. Este horario se aplicaría a todo Chile: así en Magallanes también amanecería temprano aún en invierno, reduciendo el déficit de sueño de toda la población, sobre todo en los niños y adolescentes.

Qué hora son mi corazón
Te lo dije bien clarito
Permanece a la escucha
Permanece a la escucha
Doce de la noche en La Habana, Cuba
Once de la noche en San Salvador, El Salvador
Once de la noche en Managua, Nicaragua

Me gustas tú, Manu Chao

Raramente nos preguntamos por qué un país tiene el horario que tiene, o a qué hora amanece u oscurece, salvo cuando viajamos y nos encontramos frente a una situación diferente a la que tenemos en nuestro país de origen. Viajando a algún país nórdico, nadie puede evitar notar que en invierno el día es muy corto; viajando a Chile, muchos extranjeros se quejan de que amanece muy tarde; lo mismo ocurre en España; y lo opuesto en Japón. Si bien, el horario guarda una clara relación con la posición del sol—por ejemplo, nadie aceptaría llamar la hora de la puesta de sol las 7:00AM, el horario exacto que adopta cada país varía, por una variedad de razones. El planeta esta dividido en 24 “husos horarios”, como gajos de una naranja, y en principio elegimos el horario con el cual el sol se encuentra sobre nuestras cabezas al mediodía.

Sin embargo, en Chile el sol no llega al zenit hasta cercano a las 14hrs durante el verano y a las 13hrs en invierno. Esto porque, si bien nos encontramos geográficamente en el huso horario de Perú (llamado UTC -5), hace unos 70 años Chile eligió un horario diferente por razones energéticas, imponiendo el huso UTC-3 durante el invierno y UTC-4 en el verano, situación que se ha mantenido hasta hoy, con algunos cambios en cuanto a las zonas afectadas y las fechas en que se realizan los cambios de horario. Chile está lejos de ser excepcional y muchas veces las razones para elegir un horario particular son simplemente curiosidades históricas. Por ejemplo, el horario de España, que es el mismo que el de todos los países europeos hasta Austria, fue adoptado en 1940 porque Generalísimo Francisco Franco quiso que la hora de su país fuese igual a la de Alemania. Un caso aún más extremo se evidencia en China, país que abarca 5 zonas horarias pero que mantiene una hora oficial, la “Hora Beijing”.

En los últimos años el horario ha sido tema conversación en Chile porque se ha experimentado cambiando la fecha en que se inician los horarios de invierno y de verano, y porque durante todo el 2015 se mantuvo el horario de verano. Así un tema que en general pasa desapercibido se ha instalado en la conciencia nacional. Y, aprovechando que pronto vencerá el Decreto que actualmente legisla el horario de Chile (“Decreto Supremo 253 del Ministerio del Interior y Seguridad Pública disponiendo cambios en la hora oficial de Chile continental y de Chile insular occidental”) sería un buen momento para decidir cuál sería el mejor horario para nuestro país.

Esta pregunta debe separarse en 2 preguntas diferentes: ¿Cuál sería el mejor horario para Chile? y ¿Debemos tener 2 horarios según la estación?

La razón por la cual podemos reconsiderar el tema del horario es porque los argumentos para elegir UTC -3 hace 70 años ya no aplican, porque la mayoría de la energía eléctrica ya no se usa en iluminación. Si el ahorro energético no es relevante, pasa a primar el argumento biológico. Como especie diurna sabemos que el amanecer determina cuando nuestro cuerpo esta biológicamente despierto. Eso es cierto aún en nuestro mundo moderno, con toda la luz artificial que utilizamos, sobre todo durante la noche. Ello se debe a que la luz solar es una fuente de luz cientos y a veces miles de veces más intensa que cualquier otra fuente de luz que utilizamos. Así, trabajos realizados a nivel poblacional han mostrado que a medida que nos desplazamos hacia el oeste nos despertamos naturalmente—o sea en días en que no usamos despertador, 4 minutos más tarde por cada grado (aproximadamente 100 Km), que es exactamente el tiempo que tarda el sol en recorrer esa distancia.

Sin embargo, en un día de colegio o de trabajo, lo que nos despierta es el despertador, no el hecho que ya no tenemos sueño. Por ello, cuanto más tarde se levanta el sol, mayor es la diferencia entre el momento en que nos despierta el despertador y cuando nos habríamos despertado porque nuestro cuerpo estaría despierto, y por lo tanto mayor es nuestro déficit de sueño. Este es un déficit crónico que tiene consecuencias, todas negativas, sobre nuestra salud y nuestro desempeño, y que son más pronunciadas en niños y adolescentes porque ellos deben dormir más y además se despiertan naturalmente más tarde.

Basado en esto, la recomendación es clara: debemos elegir el huso horario con el cual el sol se levanta a una hora cercana a la hora en que debemos despertar en un día de trabajo, y este sería UTC -5. Este horario se aplicaría a todo Chile: así en Magallanes también amanecería temprano aún en invierno, reduciendo el déficit de sueño de toda la población, sobre todo en los niños y adolescentes. El sol se pondría temprano durante el invierno, lo cual no es popular con los adultos. Sin embargo, la decisión debe considerar la población más afectada, que es la de niños y adolescentes. Y es por ello que, en países nórdicos, que se encuentran mucho más cerca del polo de lo que se encuentra la región de Magallanes, elijen un huso horario en que el sol se levanta alrededor de las 8AM en pleno invierno.

La segunda pregunta es ¿Debemos tener 2 horarios según la estación? Nuevamente, priman ahora las razones biológicas, y lo que sabemos es que el cambio de horario de la primavera, en el que la llegada del día se adelanta, tiene efectos agudos graves debido a que debemos despertamos una hora antes. Ello aumenta nuestro déficit de sueño, lo cual afecta nuestro aprendizaje y desempeño, y además causa un aumento de 5% en la incidencia de ataques de corazón. Estos efectos no se observan en el cambio de horario del otoño, indicando que no se deben al cambio de horario en sí, sino en la dirección de este. Por ello, en este caso nuestra recomendación sería tener un solo horario, que es la recomendación a la cual están convergiendo distintas sociedades científicas y profesionales alrededor del mundo.

Pasar de UTC -3 en horario de verano y UTC- 4 en invierno a UTC -5 todo el año representaría un cambio brusco que no sería fácil imponer en un año. Por ello lo mejor sería primero eliminar los 2 horarios, adoptando UTC-4 durante todo el año, luego, el otoño siguiente, cambiar de UTC-4 a UTC -5. Con estos cambios disminuirá el déficit crónico de sueño de la población chilena, disminuyendo el ausentismo escolar, aumentando el aprendizaje de sus niños y adolescentes, mejorando el desempeño de sus adultos, y disminuyendo la incidencia y severidad de las enfermedades causadas por la falta crónica de sueño, como son la diabetes, la hipertensión, incluso algunas formas de cáncer. Esperamos que nuestros gobernantes utilicen lo que sabemos sobre los relojes biológicos para la toma de estas importantes decisiones.

Lee el Texto original en EL MOSTRADOR

 

 

 

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