Por Matías Rivas, El Mostrador
En el contexto del “XIV” Latin American Symposium of Cronobiology 2017”, organizado por el Instituto Milenio de la U. de Valparaíso, el científico de origen estadounidense se refirió a sus descubrimientos acerca de los mecanismos moleculares que controlan los ritmos circadianos, o sea, los relojes biológicos en seres vivos, el cual le valió el Premio Nobel de Medicina de este año. “Intentaré lo que sea, no me preocupa cuando alguien dice que algo no va a funcionar, porque muchas veces en la ciencia experimental dicen que un camino en particular es muy difícil o que no funciona, pero siempre lo intentaré. Tal vez no funciona, tal vez funciona”, comentó.
Michael Rosbash, ganador del Premio Nobel de Medicina 2017 por sus descubrimientos sobre los mecanismos moleculares que controlan los ritmos circadianos, es decir, los relojes biológicos en seres vivos, llegó a Chile para asistir como relator principal al “XIV Latin American Symposium on Chronobiology 2017 – LASC 2017″, organizado por el Instituto Milenio, Centro Interdisciplinario de Neurociencia, de la Universidad de Valparaíso.
De aspecto delgado y de sonrisa permanente, Rosbash se presentó en la conferencia de prensa relajado, a pesar de haber soportado un largo vuelo a Chile. Con zapatillas deportivas y los tres primeros botones de su camisa desabrochados, se sentó con confianza y lanzó un animado grito: “¡Buenos días!, ¿cómo está todo el mundo?”.
Tras repasar someramente la historia de su investigación, demostró a los presentes un primer atisbo de su carácter: “Intentaré lo que sea, no me preocupa cuando alguien dice que algo no va a funcionar, porque muchas veces en la ciencia experimental dicen que un camino en particular es muy difícil o que no funciona, pero siempre lo intentaré. Tal vez no funciona, tal vez funciona”.
Consultado por El Mostrador acerca del mayor aporte de su investigación para el área de salud, respondió, en una mezcla de inglés y español, que “la contribución más grande se refiere a la regulación del sueño. Pero sabes, también hay que aclarar que este es un premio no solo de medicina, sino también de fisiología. En este caso, yo diría que es evidente que es de fisiología, y se refiere al descubrimiento de cómo funciona algo que era misterioso”.
Cabe recordar que, empleando a la mosca del vinagre –drosophila melanogaster– los premios Nobel aislaron un gen que controla el ritmo biológico normal y mostraron que éste codifica a una proteína que se acumula en la célula durante la noche y que después se degrada a lo largo del día.
Dichas investigaciones posibilitaron descifrar principios que resultaron válidos en el resto de organismos multicelulares, convirtiendo a la biología circadiana en un campo de investigación amplio con repercusiones en el bienestar y, por supuesto, en la salud.
De este modo, las investigaciones que Rosbash realizó junto a los científicos Jeffrey C. Hall, y Michael W. Young, permitieron demostrar cómo nuestro reloj adapta nuestra fisiología a las diferentes fases del día. Dicho reloj es, de acuerdo a la ciencia, fundamental y regula funciones como el comportamiento, el sueño, los niveles de hormona, la temperatura corporal y el metabolismo.
Sobre el método de investigación, el ganador del Nobel precisó que “a pesar que superficialmente es muy diferente, en términos de cómo funciona, las moléculas son iguales a las que tenemos nosotros. O sea, es un poco la diferencia entre una micro y un auto. Por lo tanto, lo que aprendimos de cómo funciona el reloj biológico en la mosca, explica cómo funciona el de nosotros”.
El Mostrador también pudo consultarle acerca de la baja inversión que hace Chile en ciencia, problema que Rosbash califico de “político”, agregando que “el presupuesto del gobierno dice que si tomas de acá, reduces acá. Pero las investigaciones son parte de nuestra civilización occidental. Es lo que hacemos. Muchas veces te preguntan cuándo vas a tener éxito, pero esto es un trabajo de largo plazo y tienes que aceptar que es parte de la cultura, parte de lo que hacemos. Para muchos jóvenes, trabajar en mi laboratorio, por ejemplo, es un sueño. El hacer ciencia educa y eso es una gran ganancia para la cultura del país”.
Por último, afirmó que un desajuste en el reloj biológico podría traducirse en un aumento de la tasa de cáncer, aunque aclaró que “no es algo seguro. No tenemos 100% de certeza”.
Ramón Latorre: “Yo creo que hay una belleza en la ciencia…”
El Premio Nacional de Ciencias Naturales de Chile del año 2002, reconocido por sus investigaciones en el campo de los canales iónicos de las membranas celulares, estuvo sentado a la derecha de Rosbash durante toda la conferencia de prensa y, visiblemente emocionado, le agradeció al estadounidense por su visita: “Yo creo que hay una belleza en la ciencia que son las redes y la amistad que se produce en el mundo de los científicos”.
En entrevista con El Mostrador, Latorre agregó que la mayor importancia de tener un Premio Nobel en Chile es “visibilizar que no estamos tan mal y poder decir que no estamos tan bien. No estamos tan mal en cuanto la gente ha hecho un enorme esfuerzo por salir adelante, con fondos que son del tercer mundo. Hay gente con una capacidad enorme, haciendo muy buena ciencia, sin embargo los fondos son, insisto, escasos, y tenemos problema de institucionalidad”.
Este sábado, la eminencia científica dará una charla magistral en el Centro Cultural ex Cárcel de Valparaíso y posteriormente participará de una conversación público con los periodistas Pa.loma Ávila de VTR y Panorama 15 y Héctor Cossio, editor de El Mostrador.