Publicado el 03 de Agosto de 2020 en La Tercera
Escrito por John Ewer
El virus que causa la enfermedad Covid-19 sigue causando estragos en todo el mundo. Frente a este virus extremadamente contagioso la OMS y el Ministerio de Salud (Minsal) han recomendado medidas de contención dirigidas a reducir su expansión descontrolada, infundiendo esperanza que esta es un crisis que podremos superar.
Ahora que sabemos un poco más sobre este virus también se están revisando estas medidas, para así hacerlas más efectivas y, esperamos, menos agobiantes y destructivas para la salud mental humana y para la economía de los países. ¿Qué hemos aprendido? Lo primero es que una fracción importante de personas contagiadas puede ser asintomática y por lo tanto ser una fuente importante de contagio, ya que circulan libremente entre personas no contagiadas.
Lo otro es que el contagio parece ocurrir principalmente por la vía aérea, cuando se respira aire que contiene aerosoles producidos por una persona contagiada. Estos aerosoles son pequeñas gotas de agua que producimos al toser, estornudar, incluso al hablar o cantar. De estos, los más peligrosos son los que se componen de gotas grandes, que se producen al toser, por ejemplo, ya que contendrían un mayor número de partículas virales. Se evita la dispersión de estas gotas usando una mascarilla de casi cualquier material. Y por ser más grandes, caen al suelo rápidamente. Como la evidencia indica que el contagio por ingestión es muy poco frecuente, una vez que estas gotas caen sobre una superficie dejarían de representar un peligro mayor.
Muy diferente parece ser la situación de los aerosoles que producimos al hablar. Si bien estos se componen de gotas mucho más pequeñas y, por lo tanto, contendrían un número mucho menor de partículas virales, son más difíciles de contener con mascarillas corrientes. Además, pueden mantenerse suspendidas en el aire por más tiempo, y por ello acumularse y dispersarse a una distancia superior a los dos metros de separación recomendado entre personas.
La evidencia creciente que estos aerosoles son una fuente importante de contagio en espacios cerrados significa que será esencial eliminarlos mejorando la ventilación de estos espacios ya que el uso de mascarillas y sobre todo el distanciamiento no serán suficientes. Esta ventilación deberá aumentar la circulación de aire fresco (no acondicionado) de este tipo de recintos, que incluye oficinas, salas de clases, negocios, restaurantes, y medios de transporte, entre otros.
Con el tiempo aprenderemos cuales son las medidas más efectivas para reducir el contagio. Por ahora debemos continuamente adaptar nuestras medidas de contención basado en lo que aprendemos a diario sobre el comportamiento de este virus. El control de los aerosoles en espacios cerrados es una medida que ahora sabemos es un elemento importante para que los espacios a los cuales esperamos volver luego sean lo más seguros posible.
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