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Mujeres, ciencia y más

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“Es importante que las jóvenes y niñas saquen de su subconsciente los estereotipos que relacionan a la ciencia con los hombres y vean que hay muchas científicas talentosas”, señaló la doctora en zoología Kathleen Whitlock, investigadora estadounidense del Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV).

Sobre derribar estas ideas preconcebidas, el rol del género en el mundo científico y de la versatilidad de la carrera, se habló en el más reciente conversatorio “Mujeres, ciencia y más”, organizado por el CINV y el Núcleo Milenio de Formación Planetaria (NPF), en el marco de la Semana de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

El evento, que tuvo lugar el sábado 15 de febrero en el Parque Cultural de Valparaíso -en cerro Cárcel-, contó con la exposición de la doctora Whitlock; la doctora en astrofísica y directora del NPF, Amelia Bayo; y la investigadora en astrofísica Aurora Aguayo, quienes realizaron una intervención musical para demostrar que las mujeres no son unidimensionales. También se presentó durante la jornada la muralista científica Silvana Zúñiga, conocida en el mundo artístico como Animä Hoop.

“Buscamos visibilizar mujeres de ciencia que, además de ser excelentes en su trabajo, tienen otras áreas de interés donde también pueden destacar sin importar su género, los obstáculos culturales y las brechas que existan”, destacó la comunicadora y astrofísica del NPF Carol Rojas, moderadora de “Mujeres, ciencia y más”.

Entre los seis y siete años de edad las menores comienzan a relacionar las ciencias exclusivamente con el género masculino, lo que impacta en su desarrollo y elección de carrera en el futuro, según un estudio publicado por la revista Science en 2017. En pleno 2020, sólo el 30 por ciento de los investigadores en el mundo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres, indicó la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Tenemos un dicho: ‘no se puede ser lo que no se puede ver’. Queremos que las jóvenes y niñas vean que no hay razón para marginarse de las ciencias y sepan que hay mujeres que no sólo son científicas, sino que son multidimensionales. Esperamos que les sirva de inspiración”, expuso la investigadora del CINV Kathleen Whitlock.

La realidad de las científicas

“Para la mujer es mucho más complejo, porque tienen más barreras que los hombres durante la carrera en ciencias, desde los prejuicios en cuanto a la capacidad intelectual en su formación, hasta temas de equidad salarial al momento de ejercer”, explicó la astrofísica Carol Rojas.

Esta mayor dificultad se traduce en que 49 por ciento de los profesionales doctorados en Chile son mujeres, revelaron datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación recopilados entre 2009 y 2017.

La doctora Whitlock evidenció que aún existe sesgo respecto a la evaluación del trabajo científico tanto en Chile como en el mundo. Se tiende a ser más dura la evaluación cuando se trata de ellas. “La manera más fácil de resolver el problema es poner un código en los proyectos, sin nombre, para que el evaluador no sepa si está recibiendo un documento de un hombre o una mujer, está comprobado que esto beneficiaría a las científicas”, recogió. Es más, la investigadora reconoció que ha llegado a utilizar su título en género neutro, iniciales y apellido, para poder sortear esa barrera en su día a día.

El gran número de doctorados y postdoctorados en Chile ha provocado que las alternativas laborales en la academia sean escasas. A pesar de que el escenario es complicado para ambos sexos, los números evidencian que sólo un 10 por ciento de las mujeres en distintas áreas de la ciencia son miembros de la academia, según el ministerio.

En cuanto al liderazgo en centros de investigación a nivel nacional, sólo un 16 por ciento de ellos tienen a una mujer como directiva, según el informe “Política Institucional equidad de género en Ciencia y Tecnología 2017 – 2025”, elaborado por la Agencia Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (ANID, ex Conicyt).

Ante esta situación, los organismos públicos y gubernamentales han establecido un sistema de cupos como una alternativa para la inclusión. Si bien la investigadora estadounidense destacó que es una forma de visibilizar a la mujer y posicionarlas en cargos de poder, también trae consigo “el peligro de que sus pares las estigmaticen y discriminen por llegar al cargo directivo a través del sistema de cuotas obviando su talento y experiencia”.

“Al final de cuentas, para evitar la discriminación por sexo surge como solución a diferentes escenarios ocultar el género. Pero es impactante tener que esconder que eres mujer para no quedar fuera de ciertas oportunidades”, añadió la astrofísica Carol Rojas.

El mundo empresarial, un nuevo desafío

El actual modelo de desarrollo en la academia evalúa a los profesionales a través de métricas basadas en proyectos adjudicados, número de publicaciones y su impacto en el área de las ciencias. “Hay un punto en el cual debes despegar dentro de la carrera investigativa. Ese momento se asocia mucho con tu edad reproductiva. Con este sistema hay muchas especialistas que por decidir ser madres pierden ese despegue, lo que disminuye el número de mujeres que toman roles directivos en institutos y universidades”, señaló la directora del programa de Educación y Extensión del BNI, la doctora Gabriela Martínez Bravo.

“Si una mujer empieza a dedicar su tiempo a otras funciones, va a ir mermando su métrica e impacta finalmente en su futuro profesional, qué proyectos puede obtener y a que cargos puede optar frente a un hombre de la misma edad y con su mismo nivel de desarrollo”, argumentó, agregando que “una forma de cambiar este escenario incluye modificaciones en las políticas públicas, que se introduzcan a las métricas otro tipo de factores, como la divulgación científica, el desarrollo en áreas diferentes y que no solamente el postulante sea evaluado por cuántos proyectos tiene y cuántos paper publicó”.

No obstante, la doctora Martínez Bravo sostuvo que el escenario para las mujeres de ciencia puede ser más auspicioso en sector público y privado. “Es importante generar ese espacio donde las científicas puedan desarrollarse en la empresa y que no necesiten ese punto de despegue que requieren en la academia para cargos directivos”, acotó.

En este sentido, la investigadora del BNI aseveró que “en esta comunicación entre la ciencia y la empresa nosotras podríamos tener un rol que desde un inicio comience con igualdad de liderazgo. Las doctoras tienen mucho que aportar en ese desarrollo”.

Sin embargo, el camino a recorrer aún es largo, ya que entre 2011 y 2017 las científicas representaron el 38 por ciento de la investigación en ciencia y tecnología. A octubre del 2019 sólo el 28,8 por ciento de proyectos aprobados en general por la gerencia de Emprendimiento de CORFO corresponden a mujeres.

“Toda mi carrera he estado rodeada de hombres y eso hizo que me diera cuenta que no son mejores ni peores que nosotras. Hay que confiar en nuestras propias habilidades para hacernos un espacio y aumentar nuestra representación”. Con estas palabras la doctora Jimena Sierralta, subdirectora del Instituto de Neurociencia Biomédica (BNI) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, compartió su experiencia como mujer en las ciencias.

La bioquímica explicó que “la representatividad de las mujeres en la ciencias es un problema histórico y que en la medida en que hombres luchen junto a las mujeres para romper esa barrera, los cambios se producirán más rápido. Son ellos los que tienen que aportar en el proceso. Si esto ocurre, quizá en 20 años más, ya no sea necesario luchar”.

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