Por Camila Gonzalez Arancibia / CINV
Es muy común pensar que estas actitudes tienen que ver con los cambios hormonales y que, por esta razón, la depresión es más común entre mujeres que en hombres, ya que estas entran a la pubertad antes que los varones; que las niñas son “alaracas” o “andan sensibles”, o que los niños no deben demostrar emociones libremente porque “no es de hombre”.
Según la Organización Mundial de la Salud, Chile es uno de los países que lidera el ranking mundial en depresión, con un 17,5% de la población que padece esta enfermedad, correspondiendo a un 7% a los adolescentes, y es uno de los países en el que la tasa de suicidio de niños y adolescentes no deja de crecer. Es por esto que hoy en día cada vez preocupa más la alta frecuencia con que se observan adolescentes con signos de depresión, o de lleno, atendiendo a constante terapia psicológica cuando deberían estar gozando de los mejores años de sus vidas. Problemas para relacionarse con sus pares, sensación de no ser comprendidos, la presión de los estudios y el rendimiento académico, parecen ser algunas de las razones por las que cada vez se ven más jóvenes sumergiéndose en si mismos sin poder – o saber – comunicarse con los demás para pedir ayuda o simplemente para desahogarse.
Es muy común pensar que estas actitudes tienen que ver con los cambios hormonales y que, por esta razón, la depresión es más común entre mujeres que en hombres, ya que estas entran a la pubertad antes que los varones; que las niñas son “alaracas” o “andan sensibles”, o que los niños no deben demostrar emociones libremente porque “no es de hombre”. Ante esta diferencia, es que un grupo de profesionales de la salud de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, se propuso estudiar si es que efectivamente existe un nexo entre la depresión adolescente y el género, en donde principalmente se enfocaron en ampliar la información sobre cuándo ocurre la aparición de los primeros episodios depresivos durante la adolescencia.
En este estudio, en donde se tomó información de más de 100.000 adolescentes de ambos sexos entre los 12 y 17 años de edad, en donde el 14% de los jóvenes presentaban algún tipo de depresión, la más comúnmente observada era la denominada como “primer episodio depresivo reciente”, la cual se diferencia de la depresión persistente y de la remitida, y esta, a su vez tenía una mayor incidencia en chicas de 15 años, correspondiendo al 13,2% versus 4,4% en los varones, mientras que en estos últimos se hacía más presente a los 17 años de edad, alcanzando el 4,9%. No solo eso, si no que la tendencia entregada por los datos era que las jóvenes de todas las edades estudiadas presentaban siempre más casos de primeros episodios depresivos que los chicos, sin embargo, esta tendía a disminuir al ir creciendo, esto es, hacia los 17 años, mientras que en los chicos se observaba una incidencia de iba aumentando con la edad, pero siempre en una menor cifra comparada con las adolescentes.
Otro tema estudiado se relacionó con los distintos aspectos en que afecta la depresión a los adolescentes, vale decir, se les preguntó si es que tenían problemas con las tareas del hogar, rendimiento académico, relaciones con familiares y amigos, y si es que habían cometido algún intento de suicidio durante un episodio depresivo. En el caso de los chicos, se reportaba que donde tenían mayor dificultad era en el ámbito hogareño, lo que quizás no sorprende mucho, ya que, si usted ha convivido con un joven adolescente, debe saber lo difícil que es lograr que sean ordenados y que cooperen con las tareas de la casa. Sin embargo, lo más alarmante que se desprendió de esta encuesta, fue que las chicas que sufrían depresión persistente habían intentado quitarse la vida en una proporción significativamente mayor a los varones, cosa que no se aleja mucho de lo se vive hoy en día en el país (es cosa de poner atención a las noticias de su propia comuna y se dará cuenta de esta triste realidad).
Finalmente, se les preguntó más específicamente que tipo de problemas tanto de conducta como académicos eran los que más experimentaban los adolescentes, y en este caso, las chicas presentaban mayores problemas conductuales, en donde el con mayor incidencia había sido atacar a alguien con la intención de hacerles daño, mientras que los chicos tenían más dificultades académicas, en donde reportaban que raramente un profesor les decía que estaban haciendo un buen trabajo, acompañado por rendimientos académicos paupérrimos.
Así que es imprescindible tomar las medidas necesarias para disminuir los “populares” videos de peleas de chicas en los colegios, los intentos de suicidio de los adolescentes, juegos como “la ballena azul”, o simplemente, decirles a los jóvenes que están haciendo un buen trabajo con mayor frecuencia, y dejar de tomar a la ligera estos primeros episodios depresivos recientes, dejar de “esperar a ver qué pasa” e intentar estar más presentes y entablar un diálogo acorde a nuestro interlocutor, ya que si bien este estudio demostró que si hay mayor incidencia de casos depresivos y actitudes peligrosas entre las chicas, los chicos tampoco dejaron de presentar claros signos de preocupación.
Está en nuestras manos el prestar atención, comprensión y apoyo a adolescentes que lo necesiten, y quizás con nuestra ayuda, puedan vivir estos años llenos de cambios y experiencias determinantes de carácter como todos esperamos que lo hagan, de una manera sana y feliz.
Basado en el artículo original “Sex differences in recent first-onset depression in an epidemiological sample of adolescents”, Transl Psychiatry (2017) 7, e1139; doi: 10.1038/tp.2017.105.