Cifras de UNESCO, señalan que sólo el 32% de participación en ciencia y tecnología desarrollada en Chile, es protagonizada por mujeres.
“En diversos encuentros sobre mujer y ciencia en los que he participado, se han realizado estimaciones, que sugieren que, con el actual sistema chileno, recién podríamos alcanzar la equidad de género cerca del año 2300”, señaló la Dra. Karen Castillo, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia, de la U. de Valparaíso, CINV, y una de las cinco mujeres latinoamericanas, integrante de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS).
La científica, dedicada al estudio de la biofísica de sensores moleculares, y a explorar cómo funcionan los sensores de dolor y temperatura en nuestro cerebro, realizó estas declaraciones en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora este 8 de marzo.
Cifras de UNESCO, señalan que sólo el 32% de participación en ciencia y tecnología desarrollada en Chile, es protagonizada por mujeres, uno de los índices más bajo de toda América Latina. En ese contexto, el llamado de la investigadora es a seguir derribando brechas, promoviendo políticas que generen cambios estructurales concretos y profundos, para equiparar la participación de mujeres en ciencia y sancionar la discriminación y el abuso. A su vez, siendo las mujeres más 50% de la población, visibilizarlas en todos los aspectos del quehacer humano impacta positivamente en términos culturales y económicos.
Visión similar es compartida en el CINV. Así lo expresa su director ejecutivo, Juan Carlos García: “Si no trabajamos para fomentar la igualdad de género, estaremos desperdiciando el 50% de la inteligencia de la humanidad. Y la ciencia no puede darse ese lujo”.
Inequidad de género
“En Chile, existe una clara inequidad de género en el contexto de la ciencia, especialmente, en posiciones académicas y directivas. Los principales obstáculos que enfrentan las mujeres en sus carreras son, por un lado, la discriminación basada en estereotipos, tanto entre sus pares masculinos como femeninos, las dificultades en el ascenso a las jerarquías académicas, la carga académica, el pago equitativo por las mismas labores realizadas; así como la falta de corresponsabilidad en los quehaceres de la vida cotidiana incluyendo desde labores domésticas hasta la crianza de las hijas e hijos”, explica la investigadora.
El panorama de inequidad es más fuerte en regiones, estima Karen Castillo, en donde asegura, los macro y micromachismos se toleran mucho más, especialmente, dentro de la academia, como hemos visto lamentablemente repetido incluso por autoridades de alto rango dentro de la academia. Por este motivo, señala que es prioritario generar mayores cuotas de participación y valoración del aporte de las investigadoras en laboratorios y el mundo académico, y trabajar fuertemente en la visibilización y el respeto de la mujer en la ciencia, para atraer a muchas más niñas y adolescentes a dedicarse a áreas STEM, y educar desde la niñez para que en el futuro la equidad de género en el quehacer cultural y económico del país, deje de ser un tema.
Karen Castillo, reconoce que el flujo de mujeres que ingresan a estudiar carreras vinculadas a ciencia y tecnología, ha aumentado en el último tiempo, tanto en los niveles de pregrado como en los inicios de sus postgrados. Y si bien estima que esto es positivo, asegura que el problema se genera más adelante, con el denominado “techo de cristal”.
“Las mayores dificultades ocurren cuando las mujeres empiezan a escalar en su postdoctorado o a tratar de encontrar una posición académica que les permita dedicarse a la investigación científica de alto nivel. Ahí se genera una barrera gigantesca, no solo en el acceso, sino que en transcurrir cotidiano de la carrera científica, desde las horas académicas que enfrentan investigadoras en igual nivel de jerarquía que sus pares hombres, así como en la adjudicación de proyectos, en que las mujeres se adjudican menos % de proyectos, y eso se correlaciona con que la mayoría de los evaluadores suelen ser hombres. Está demostrado además que las mujeres se les mide con una vara más alta. Sería interesante evaluar los proyectos con sistema de doble o triples ‘ciego’ y ver cuál sería el resultado”, comenta la científica del CINV.
CINV y avances en inclusión
Pese a las falencias y necesidades que aún se perciben, en Chile se están realizando esfuerzos para avanzar en materia de equidad. “Debemos reconocer que, durante el último tiempo, se ha visto una masiva sensibilización en la sociedad, que abre puertas para que se discuta y legisle transversalmente el tema”, comenta la Dra. Castillo.
Reflejo de ello, es el plan de CONICYT sobre Política Institucional de Género que surgió el año 2013, y que estableció una serie de acciones orientadas a otorgar igualdad de oportunidades a las mujeres en el ámbito de la investigación, ciencia, tecnología, educación e innovación, tanto dentro como fuera de la institución. El año 2016 se realizó una actualización de este programa que contiene nuevas medidas y acciones a implementar hasta el año 2025, y que también dan cuenta de las principales brechas e impedimentos, y un sistema de seguimiento y monitoreo.
Para el Centro Interdisciplinario de Neurociencia, de la U. de Valparaíso, este panorama es de alta relevancia. “La conquista de espacios en la ciencia por parte de la mujer, es un proceso de largo aliento, que seguirá creciendo. Y aunque aún nos queda mucho camino por avanzar, a diferencia de hace pocos años, esto ya es un tema de preocupación pública, que se refleja incluso en la elección de Carolina Torrealba como subsecretaria de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación”, explica Juan Carlos García.
Al respecto, el director ejecutivo añade que al interior del CINV también se han ido desarrollando ciertas acciones para avanzar en este desafío y generar mayores estándares de integración en todas las áreas, teniendo presencia de hombres y mujeres en igualdad de condiciones.
“Frente a un currículum equivalente estamos privilegiando al de la mujer, generando así una discriminación positiva que también busca dar una mayor visibilidad a las científicas. Por otro lado, no hay congreso científico donde no tengamos participación de mujeres. Y un tercer punto, es que estamos generando las condiciones para que hombres y mujeres puedan compatibilizar de la mejor manera su roles de crianza”, señala García.
Adicionalme, El Mercurio, El Mercurio de Valparaíso y La Tercera, publicaron artículos sobre la participación de mujeres en carreras científicas y tecnológicas, en el contexto del Día Internacional de la Mujer, en los que recogieron las opiniones de Karen junto a otras destacadas mujeres de Ciencia.