“Ojalá que en la Ley de Presupuestos se considere subir de la miseria del 0.4% del PIB a algo razonable”
Cristián Rojas M. El Mercurio Valparaíso
La reciente aprobación en el Congreso del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación era una noticia largamente esperada por la comunidad científica nacional. Su implementación e instalación debiera culminar el próximo año, y genera expectativas. Pero también choca con la realidad de contar con un escaso presupuesto, según hace notar el bioquímico Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2002 y director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV) de la Universidad de Valparaíso.
“Desde el punto de vista de toda la comunidad creo que es un gran logro, porque finalmente institucionaliza la ciencia en este país, que había pasado a ser el niño pobre dentro del Ministerio de Educación, con un Presidente o Presidenta de la República que tenía muy poco acercamiento, y por lo tanto, siempre quedaba postergada frente a los grandes problemas que tiene el Ministerio de Educación. Creo que todos soñábamos con tener una institucionalidad adecuada, como pasó con la cultura y las artes, que ahora tienen Ministerio”.
– ¿Vislumbra algún problema en la implementación?
-El problema que yo veo es cómo se produce. Ahí es donde creo que tenemos diferencias, y la diferencia más de fondo es haber creado un ministerio con un presupuesto que prácticamente es el mismo que tiene Conicyt en estos momentos. No entiendo mucho en materia legal, pero sí uno podría haber esperado un compromiso del gobierno, real y concreto, de subir el presupuesto en ciencia, tecnología e innovación por lo menos al 1% del PIB (Producto Interno Bruto) dentro de una cantidad razonable de tiempo.
-¿Esperaba ese anuncio en la cuenta pública presidencial?
-Claro, porque además va a pasar que el próximo Ministro recibirá un ministerio en que lo primero que se va a gastar todo el año es en tratar de conseguirse el presupuesto adecuado, porque el actual ni siquiera alcanza para mantener el ministerio que viene, va a quedar con una deuda enorme, de siete mil u ocho mil millones de pesos.
-¿Espera que se incluya un aumento en la Ley de Presupuesto de la Nación?
Ojalá que en la Ley de Presupuesto por lo menos se considere subir de la miseria del 0,38% o 0,4% del PIB a algo razonable; que por lo menos alcance para sobrevivir el primer año y empezar a hacer lo que el ministerio debe hacer. Como yo lo veo, y como lo ven muchos de mis colegas, no es solamente un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, es un ministerio del conocimiento, porque el problema sistemático de este país es que no se reconoce el conocimiento. Se habla mucho, y todos se llenan la boca, con que éste va a ser el país del conocimiento, pero no se implementa, porque para implementarlo hay que tener un ministerio bien formado y realmente con los fondos necesarios para crear programas nuevos. Se han creado muy pocos programas nuevos después de que se crearon los institutos Milenio, el año 2000, y a estos programas asociativos que son tan importantes para el país como Anillo, Fondap, Milenio, Núcleo, etc., se presentan 140 grupos, se seleccionan 20 y después quedan cuatro o cinco. O sea, estamos perdiendo un capital humano enorme. Hay una cantidad muy grande de científicos en este país que son muy buenos y que hay que proteger, pero no hay programas de real protección a nuestros científicos jóvenes.
-Más allá del déficit presupuestario, ¿ve algún otro problema, por ejemplo, en el diseño del nuevo ministerio?
-Bueno, ahora se aprobó que si a través de un proyecto financiado por el Estado -me parece que entrarían los Fondecyt, por ejemplo- uno crea una innovación, tienes que devolver toda la plata y además, si el producto tiene ventas, tienes que pagar un 25% de las ganancias, y eso desincentiva cualquier tipo de innovación. Yo creo que lo que tenemos que tener en cuenta, desde el punto de vista de nosotros -y cuando digo nosotros, me refiero a las regiones- es cómo se va a manejar este ministerio con las regiones. Cualquiera sea la solución, ya sea macrozonas u otra, vamos a tener un seremi o alguien que esté preocupado de Valparaíso; y la preocupación que tiene que tener la región es cómo nos paramos frente al futuro ministerio, o sea, cómo podemos realmente hacer que los buenos proyectos de la región se puedan traducir en fondos a través de este ministerio que se va a crear. Creo que eso es fundamental. El otro día hablábamos con el intendente sobre la posibilidad de crear un comité de hombres y mujeres buenos, como los comités que se crean en Europa, que se preocupe de recibir y captar los mejores proyectos de esta región, es decir, que en ese comité haya rectores, científicos, empresarios… que estén todas las fuerzas vivas de la región decidiendo qué es lo que más le conviene a la región, para transmitírselo a la persona que va a representar al ministerio dentro de esta parte del país.
-Eso desde el punto de vista de la comunidad científica hacia el ministerio, pero ¿cómo cree usted que el ministerio debiera actuar frente a las regiones?
-Bueno, yo llevo viviendo casi 18 años en regiones y tú sabes cómo funciona este país. Se habla de descentralización, se trata de descentralizar, pero realmente sigue estando muy centralizado. Entonces lo que hay que hacer es pensar cómo nosotros, dese la región, tomamos iniciativas, más que pedirle al ministerio que lo haga, porque yo creo que esa cuestión no funciona. O sea, Santiago tiene ocho millones y medio de habitantes y concentra casi el 90% de la ciencia y de prácticamente todas las cosas que pasan en este país. El tema es cómo las regiones realmente se hacen independientes y empiezan a crear su propia personalidad. Cada región tiene que crear su propia personalidad para que este país realmente exista desde Arica hasta Punta Arenas, que cada región se pare sola y se proyecte hacia el mundo, no solamente hacia el país ni a Santiago.
-Pero ¿no esperaría, por ejemplo, la creación de un nuevo fondo orientado a las regiones, así como existe un Fondart regional?
-Bueno, yo creo que eso va a haber, creo que se van a crear. Pero aquí lo importante es que no se le pase una limosna a las regiones, sino que las regiones tomen lo mejor que tienen y tengan los fondos como para producir esos proyectos que son el alma misma del conocimiento de la región, que puede ser desde la ciencia, hasta cosas aplicadas, innovaciones, conocimiento en general, pero producido desde fuera de Santiago.